Inspiración
Este proyecto fue pensado como una posibilidad de poder hacer en esta cuarentena algo de lo que nos convoca frecuentemente en la modalidad presencial, hacer que el aula suene.
Pero en este caso nos faltaba algo importante, el aula. Ese lugar que nos reúne y nos pone en comunión con la temática que flota en cada momento. Ese lugar que permite las risas con sonido y también las charlas paralelas que siempre surgen.
hacer que el aula suene!
Búsqueda
El espacio siempre pretende inspirar búsquedas, entrelazar saberes previos con los adquiridos, mezclarlos y poder darle forma a un proyecto artístico que convoque a todos los alumnos. Cada uno desde su lugar, con su aporte, con su esencia. Porque todos los aportes son necesarios, se retroalimentan, se potencian y crean algo más grande.
…todos los aportes son necesarios, se retroalimentan, se potencian y crean algo más grande.
Desarrollo
Para esta oportunidad tomamos como referencia la canción de la banda Imagine Dragons Believer con la excusa de trabajar El RITMO. La canción tiene una clave rítmica muy particular que resultó un desafío de coordinación para poder imitar con los diferentes sonidos que generan nuestras manos utilizadas de diferentes maneras.
Para realizar la base rítmica sobre lo que íbamos a montar todo el resto de la canción, se generó un molde ajustado con metrónomo. Con ese pequeño audio/video de referencia se grabaron los 80 fragmentos de clave rítmica (uno por alumno) que luego fueron unidos y loopeados en el Daw de edición para realizar el efecto de batería.
Con el ritmo ya establecido nos pusimos a pensar que instrumentos podríamos sumarle para que la canción siguiera tomando forma. Por supuesto que esto se ajustaba a lo que hubiera en cada casa, así aparecieron melódicas, guitarras, bajo, pianos, teclados eléctricos y por supuesto nuestras voces.
Para poder grabar cada uno de estos nuevos fragmentos, se realizaron moldes melódicos que respondían al tempo fijado en la base rítmica para que a la hora del ensamblado todo se ajuste a la perfección.
Para las voces además de la rítmica se sumaron armonías de base para guiar la tonalidad de la composición.
Ensamble
Una vez que todos esos fragmentos fueron grabados por los alumnos de los 4 primeros años, contábamos con un total de 120 archivos de video y otros 30 de audio.
Los 120 archivos de video fueron convertidos en audio para poder ser editados y mezclados en el DAW de edición. Eso llevaría unos días de trabajo auditivo para emparejar audios realizados con celulares en su mayoría.
Una vez que todos esos fragmentos fueron grabados por los alumnos de los 4 primeros años, contábamos con un total de 120 archivos de video y otros 30 de audio.
Una vez terminada la fase sonora, seguía la puesta visual. Todo gran videoclip tiene una puesta en escena visual y sobre eso charlamos mucho. Hoy la música no solo nos llega por los oídos sino también por los ojos. Generaciones completas hoy solo escuchan música por Youtube y debíamos estar a la altura.
La estética visual debía embellecer aún más el producto sonoro y ahí comenzaron a flotar las propuestas: maquillaje, lookeo, anteojos, sombreros, actiing, coreografía, pero por sobre todo corazón e interpretación. Ninguna obra se sostiene sin eso.
En la edición de video se trabajo con 120 tomas pequeñas que luego al igual que en la edición musical, fueron loopeadas y sincronizadas con el sonido. Los fragmentos cantados llevaron trabajo de lipsing para que se respetara el movimiento natural del canto.
La estética visual debía embellecer aún más el producto sonoro y ahí comenzaron a flotar las propuestas: maquillaje, lookeo, anteojos, sombreros, actiing, coreografía, pero por sobre todo corazón e interpretación. Ninguna obra se sostiene sin eso.
Final
Así y luego de dos meses de trabajo intenso llegamos a presentar esta obra ensamblada.
Believer, cover de Imagine Dragons interpretada por los alumnos de 1er año del Sagrado Corazón.
Terminado ya este proyecto, nos queda la satisfacción de haber estado una vez más unidos por la música y disfrutando de ella.
Profe Pablo